Estamos en la era en donde todo es posible. La
tecnología avanza a pasos agigantados y
por eso a veces hasta cuesta entenderla, y es aquí donde tenemos que
recurrir a un gran invento: el famoso “atención al cliente”.
Otra cosa que sucede mucho en nuestros tiempos es que,
como dije al principio, todo es posible y justamente para que esto sea posible
hay mucha gente astuta que creó empresas que brindan todo tipo de servicio. El
que se te ocurra, existe.
Por un lado está buenísimo porque podés conseguir lo
que quieras, pero por el otro lo único que se genera es que estés pensando todo
el tiempo en consumir, en tener cada vez más cosas y todas “por las dudas”, porque
nada suele ser literalmente necesario.
Pero todo concluye en lo mismo. Porque si contratás un
servicio lo lógico es que lo uses y si lo usas es probable que en algún momento
tengas que hacer un reclamo o recurrir a la empresa para que te solucionen
algún problema, y es aquí donde nuevamente aparece en escena el famoso “atención
al cliente”.
Sin ir más lejos la atención al cliente es un
servicio… ¿es un servicio?
Personalmente no soy muy amiga de la tecnología,
supuestamente existe para simplificarte la vida, para hacerla más fácil y
rápida pero en mi caso lo único que hace es complicarla y entorpecerla hasta el
punto de ponerme de mal humor.
Si tuve un problema con la conexión o con mi celular
¿por qué tengo que recurrir a una máquina para que me lo “solucione”? Porque
aparte es mentira, no me lo soluciona, sino que me filtra para que aborte mi
operación o para que pierda más tiempo de mi vida esperando a que una persona
de carne y hueso me atienda tres horas más tarde.
Persona con la que hablás, persona que te dice que
tuvo inconvenientes alguna vez en su vida con un centro de atención al cliente.
No voy a meter a todos en la misma bolsa porque de vez en cuando puede pasar
que te atienda alguien amorosamente y que por unos instantes logre hacerte
creer que no todo es tan terrible en ese pequeño mundo.
A veces he tratado de encontrarle la explicación al
accionar de este servicio porque no puede ser que todos estos centros, de todas
las empresas, funcionen mal. Mis preguntas fueron las siguientes:
- ¿Tanta gente se está quejando como para
que todo el día “todos los representantes se encuentran ocupados en este
momento”? Entonces, si tanto se quejan
significa que ¡el servicio es una porquería! ó sino ¡son tres gatos locos
los que están trabajando y por eso nunca me atienden! (Igualmente me
inclino más por la primera conclusión).
- ¿Ganarán más plata por tenerte colgado en
el teléfono por tres horas? ¿Tendrán un convenio con las telefónicas? No
creo…si son (generalmente) 0-800. Si no es por eso, lo único que me sale
pensar es que disfrutan de la pérdida de tiempo ajeno.

¿Será que no es tan terrible? Puede ser, tal vez me
dejé llevar por la ira de malas experiencias, pero que no todo es tan drástico.
Las cosas se pueden revertir, los empleados pueden estar muy ocupados pero
atender muy cordialmente cuando sea tu turno, darte esa mano que estás
necesitando y cumplir con el objetivo.
En fin, es un servicio que no está en vías de
extinción, más bien todo lo contrario, por eso mismo tendremos que aprender a
entenderlo, aceptarlo y ayudar con nuestro mejor ánimo a que evolucione para
que estemos todos contentos y sobretodo ¡¡¡sin problemas!!!
Guadalupe Kochdilian
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