La Fanciulla en El Exprimidor con Ari Paluch

miércoles, 31 de agosto de 2011

Terminators



Autómatas. 

A veces me da la sensación que no nos entendemos. Que nos escuchamos, pero que no nos comprendemos. 

Y además que hacemos por hacer. Un simple impulso, lo que agrava la cuestión ya que hacemos sin saber por qué hacemos. 

Como máquinas. 

¿Estamos obligados a entender por qué hacemos lo que hacemos? 

No, obligados no. 

¿No es más fácil dejar que sucedan las cosas y listo? 

Yo creo que sí, pero también creo que se nos complicaría entender por qué nos suceden "esas cosas" (no importa si buenas o malas), consecuencia del impulso primario, completando un programa que en muchas ocasiones ni sabemos que estamos ejecutando. 

El software de la máquina. 

Así estamos programados y hasta que no “despertemos” no lo sabremos. Un programa no sabe que existe, sólo cumple órdenes de ejecución. 

Pero ¿cómo despertar el autómata? ¿De qué manera se le da vida? ¿Cuál es la fórmula para humanizar sus acciones? 

Asumo que un ingrediente necesario es la decisión de observarnos. Revertir la proporción, ya que una máquina no se detiene a revisar sus acciones tanto como la de los demás. Simplemente ejecuta comandos de programación. 

Al menos esto serviría en un principio. Luego tendríamos que sostenerlo en el tiempo. Para ello debemos hablar de “voluntad”, indispensable para llevar a cabo este y cualquier trabajo. 

Pero no nos apuremos, ya que tenemos una vida por delante… Siempre y cuando dejemos de actuar como autómatas. 


Hernán Hualpa

0 comentarios:

Publicar un comentario

y vos que pensás???