La Fanciulla en El Exprimidor con Ari Paluch

martes, 24 de mayo de 2011

Encubridores


No vamos a hablar de los mentirosos sino de los que encubren ciertas situaciones sobretodo para evitar líos o que les rompan la paciencia. 

En general son hombres o mujeres que están en pareja con alguien o bien celosos o bien controladores con otras cuestiones como la plata por ejemplo. 

Después de tener un par de peleas por distintos temas dónde él o ella se pone pesado con el temita, optamos por ocultar cierta información para evitar el conflicto o la pelea. 

Por ejemplo, el otro día una amiga me contaba que se hizo “amiga” de un vecino buena onda cuya novia es muy celosa, justo cuando se hicieron amigos ella había estado afuera de la casa por unos días, entonces cuando volvió él evitó decirle que se habían conocido. Ella le hizo un comentario sobre los muebles (que vio por la ventana) y él no le dijo que ya había estado adentro porque podría sonar sospechoso y se hizo el gil. Después mi amiga le prestó un libro que él le dijo a la novia que había encontrado en lo de sus padres por el mismo motivo, para que ella no pensara lo que no es. Por último el otro día él le fue a pedir cigarrillos porque se había quedado sin, mientras la novia se bañaba o dormía y dice “uh ahora quien le digo que me dio 2 cigarrillos”. 

En ese momento justo yo estaba en la casa de mi amiga y me animé a decirle: vos te das cuanta que si le seguís ocultando cosas esto se va a hacer una pelota enorme que después es mucho más sospechosa, porque ella se va a preguntar “porqué me lo ocultaste? Si no me contaste es por algo”. 

Y probablemente no y de hecho nada pasa entre ellos, y me consta, pero quién se lo explica a ella el día que descubra que estuvo en la casa de mi amiga, que le prestó un libro y que le convidó dos cigarrillos. 

El tema es cuando uno se sobre-adapta al otro para no tener conflictos deja de ser uno mismo, y supone ser de otra manera o alguien que no es. Esto tiene un tiempo de aguante es como una olla a presión que en algún momento se desborda. 

Y ahí agarrate! 

Creo que siempre lo mejor es mostrarse tal cual uno es si al otro le gusta bien sino no va. Yo soy ESTE me gusta ESTO tengo amigos lo cual no implica que vaya a tener “algo” con ellos y estoy con vos porque elijo estar con vos, pero dejáme ser libre y poder elegirte porque si tengo que mentirte para gustarte no da!!!! 

Me parece que obviamente esto tiene que ver con los celos, pero también en creer que estar con alguien implica cierto nivel de posesión, y esto claramente no es así y tal vez el sentimiento de poseer al otro, en el mal sentido porque hay uno que está muy bien, es el más lejano al amor verdadero. Cuando amamos de verdad somos cómplices del bienestar de nuestra pareja y eso implica dejarla ser tal cual es. Sin peros, si la dejamos ser tal cual es y hay algo que no nos cierra tal vez esa persona no sea para nosotros. 

Y, por último, si una relación, como es ésta que mencionaba que era bastante reciente, arranca basada en ocultar cosas y pretender ser lo que no soy creo, humildemente, que tiene pocas posibilidades de funcionar en el largo o mediano plazo…en algún momento se destapa la olla.


Mariana Marotta

miércoles, 11 de mayo de 2011

¡Salvémonos!


Hoy en día leer los diarios es para valientes. Más allá de lo cotidiano, que es horrorizante, las noticias sobre catástrofes mundiales cada vez aparecen con mayor frecuencia. 

Hay una realidad que es que siempre existieron terremotos, huracanes y tsunamis entre otros, pero también como habitantes de este mundo nos toca hacer una mea culpa sobre lo que hacemos con nuestra gran casa. 

Está perfecta toda la movida eco friendly que hay en la actualidad y por supuesto, que es mucho mejor reaccionar tarde antes que nunca pero la verdad es que, a mi humilde criterio, no nos tenemos que quedar tranquilos con cambiar un poquito la mentalidad, sino más bien poner realmente los pies sobre la tierra y ayudarnos para que todo mejore. 

Pero si hablamos de catástrofes no puedo dejar nombrar la violencia en la sociedad y los ataques terroristas que parecen estar muy de moda en la actualidad. Ahí no podemos decir que “son cosas que pasan” sino más bien, replantearnos a dónde queremos llegar como personas, como sociedad y como habitantes del planeta. 

Los valores más importantes de los individuos parecen estar en extinción para darle rienda suelta a la individualidad, egoísmo, codicia y materialismo. Suena terrible, lo sé, pero nada es más terrible de lo que nos muestran los hechos. 

Aunque no parezca, en este pequeño espacio quiero darle una palabra de aliento a todos aquellos que tienen miedo como el que yo tenía, a los que se indignan al ver las noticias y a los que descreen en las autoridades que en realidad deberíamos admirar y apoyar. 

Existe algo que se llama espíritu y todos, pero todos, tenemos uno. Ese espíritu, si bien no lo podemos tocar ni ver, hay que cuidarlo como cualquier otro órgano y para ello, hay que volcarse a actividades que nos hagan bien, pero bien al alma y al espíritu. Esta es nuestra única salvación, llamalo Reiki, llamalo “ir a misa todos los domingos”, lo importante es realizar cosas que te ayuden a salir de tu individualismo y te lleven a pensar en los demás, en ayudar con la palabra, con una caricia, con una acción y te puedo asegurar que una vez que se empieza no se puede parar. Además, actúa por contagio, vos decidí lo que calza justo a tu medida. 

Hoy en día es más inteligente sentirse bien con uno mismo que ser el más importante de tu país, saber que tus seres queridos gozan y actúan por medio de ciertos valores, que lo material viene y va y que cuando pasamos a mejor vida lo único que nos llevamos de este mundo es nuestro alma. 

No absorbamos la polución del mundo actual, nunca hay que olvidarse de que todo vuelve, lo bueno y lo malo, y que es imposible que te arrepientas de hacer las cosas bien, de alimentar tu ser, tu espíritu y tu alma. No solo el miedo se te va a ir, sino que además, tu vida va a estar asegurada. El mundo espiritual es nuestra salvación, no esperes a que sea demasiado tarde para reaccionar. 


Guadalupe Kochdilian

jueves, 5 de mayo de 2011

Definitivamente no me gusta perder



El problema es que no soy el único que lo piensa. 


Y esto es una complicación digna de ser analizada, porque mientras más seres ansiemos ganar todos los tiempos, mayor será la frustración para los que no logran ese objetivo. Ese es el punto. 

Frases como “hay que ganar como sea” me llevan a pensar en Maquiavelo y sus “medios” para conseguir el fin tan deseado: ¿está bien vencer utilizando cualquier artilugio, incluso cuando se actúa por fuera de las reglas? ¿Sólo importa ganar? 

Por supuesto, si “del segundo no se acuerda nadie”, reza la expresión instalada en la consciencia social, y que a mi juicio sólo genera competencia desleal, codicia y frustraciones. Ni hablemos de los casos donde lo que está en juego es el poder (con acceso al manejo discrecional de presupuestos). Un ejemplo reciente: http://notio.com.ar/ultimas-noticias/elecciones-2011-frente-para-la-victoria-de-chubut-presentara-denuncia-por-fraude-10171

El tema va oscureciéndose ya que mientras más haya en juego más individualistas o “sectoristas” nos volvemos. Nos convertimos en defensores obsecuentes del premio o de quienes lo ganaron, que obvio luego ostentaremos pecho en alto, y del resto no se habla, o se refuta con chicanas las críticas externas, a veces con argumentos sin sustento alguno. Sólo importa el resultado. Les aseguro que lo sé muy bien, porque me he encontrado defendiendo victorias propias y ajenas con ese discurso.



“El número 1”, “la más linda”, “el mejor alumno”, “la mejor vestida”, “el más vendido”, “el más alto rating”, “¡ganá ganador! no naciste para perder”, “¿cómo andás campeón?”, predicamos día a día en la calle, en casa, en las escuelas, en la oficina, en el bar, arriba del bondi o el taxi, con amigos, con desconocidos, en fin, todo el día y en todo momento, (y muchas veces parados en la vereda de la envidia). Se hizo un ejercicio tan frecuente que ya se naturalizó. 



Pero desde hace un tiempo estoy empezando a cambiar de idea. 


Creo que es posible correr el eje de la relación “ganador – perdedor” a la siguiente: ganador – ganador. Evidentemente los seres humanos todavía no comprendimos la importancia de competir lealmente. Por eso la mejor solución hasta que maduremos es la cooperación, o sea sumar – sumar en todo momento y lugar. 

Claro que estamos hablando de un esfuerzo que requiere desprendernos un poco de nuestro ego y practicar la tolerancia. Despertar las ganas de cooperar en nuestra sociedad no es tarea fácil sobre todo cuando pareciera que las aguas se dividen todo el tiempo y por cualquier excusa. 

Si todo es motivo de discusión (como sinónimo de intercambio) porque nos apasiona, ¿por qué no hacerlo desde el lugar de la comprensión? Si se tiene que alcanzar tal o cual objetivo, ¿por qué no lograrlo “con” en vez de “contra”? Al final se verá que cooperando ganamos todos, siempre. 

El resto dejémoslo para el fin de semana. ¡Y claro! Miren si me voy a perder la posibilidad de cargar a los hinchas del club rival al cual le ganamos. 

Eso sí, si perdemos no se habla ¡eh! 



Hernán Hualpa