La Fanciulla en El Exprimidor con Ari Paluch

viernes, 31 de diciembre de 2010

¿Fin de año o fin del mundo?


A veces da la sensación que más que a fin de año se está llegando al fin del mundo. 

Uno siente que antes del 31 de diciembre tiene que dejar todo liquidado: cuentas pagas, trabajos cumplidos, casas ordenadas, placares limpios y ordenados (habiendo sacado lo de la temporada pasada que no va más), las matrículas del año que viene pagas, los uniformes y los útiles comprados, el auto arreglado, deudas saldadas, el registro y el pasaporte renovado, situaciones sentimentales definidas y amigos saludados. 

Y cómo si todo esto fuera poco, las fiestas, la parentela y los regalos. 

Yo suelo decir que diciembre es viernes, enero sábado y febrero domingo porque, obvio, marzo arranca todo de nuevo y es re-lunes. 

Y del mismo modo que el viernes queremos hacer todo y terminar todo lo que no hicimos en la semana para a la noche poder salir y relajarnos, disfrutar el sábado, para el domingo prepararnos nuevamente para el lunes, en diciembre queremos dejar resuelto todo lo que no hicimos en los anteriores 11 meses del año para poder disfrutar las fiestas, irnos de vacaciones, si podemos, en enero y en febrero empezar a armar el año que, como todos sabemos, arranca en marzo. 

Por eso los viernes suelen ser un caos de tránsito y de todo, y diciembre es un caos general todo el mes. 

No hay obligación de cerrar, ordenar y pagar todo antes de navidad o del 31. La realidad es que diciembre no es viernes y que en enero los bancos laburan y mucha gente también, entonces se pueden seguir pagando cosas, haciendo trámites, ordenando situaciones personales y visitando amigos. 

El otro día leí una nota dónde un psiquiatra decía que en diciembre hay algo que tiene que ver con la idea del final. El fin de año nos acerca de alguna manera a la representación de la muerte o de algo que termina. 

Eso genera, en algunos, una reacción un poco maníaca, eufórica y algo angustiante, que se nos pasa en enero cuando sentimos que tenemos todo el año por delante. Está muy claro “el comienzo” y “el final”. 

Y por último, todos los mensajes, mails y tarjetas que recibimos nos desean paz para las fiestas y esto se transforma en una búsqueda continua y difícil de alcanzar. De esta manera en algún punto esta exigencia se torna tan grande que es precisamente la que nos quita esa paz tan ansiada. 

Fue un placer compartir este blog con ustedes: con quienes lo escribo por supuesto, y con quienes lo leen. 

¡Gracias y Felíz Año Nuevo para todos! 


Mariana Marotta

2 comentarios:

y vos que pensás???