La Fanciulla en El Exprimidor con Ari Paluch

jueves, 18 de noviembre de 2010

EL FAMOSO “ATENCION AL CLIENTE”


Estamos en la era en donde todo es posible. La tecnología avanza a pasos agigantados y  por eso a veces hasta cuesta entenderla, y es aquí donde tenemos que recurrir a un gran invento: el famoso “atención al cliente”.

Otra cosa que sucede mucho en nuestros tiempos es que, como dije al principio, todo es posible y justamente para que esto sea posible hay mucha gente astuta que creó empresas que brindan todo tipo de servicio. El que se te ocurra, existe.

Por un lado está buenísimo porque podés conseguir lo que quieras, pero por el otro lo único que se genera es que estés pensando todo el tiempo en consumir, en tener cada vez más cosas y todas “por las dudas”, porque nada suele ser literalmente necesario.

Pero todo concluye en lo mismo. Porque si contratás un servicio lo lógico es que lo uses y si lo usas es probable que en algún momento tengas que hacer un reclamo o recurrir a la empresa para que te solucionen algún problema, y es aquí donde nuevamente aparece en escena el famoso “atención al cliente”.

Sin ir más lejos la atención al cliente es un servicio… ¿es un servicio?

Personalmente no soy muy amiga de la tecnología, supuestamente existe para simplificarte la vida, para hacerla más fácil y rápida pero en mi caso lo único que hace es complicarla y entorpecerla hasta el punto de ponerme de mal humor.

Si tuve un problema con la conexión o con mi celular ¿por qué tengo que recurrir a una máquina para que me lo “solucione”? Porque aparte es mentira, no me lo soluciona, sino que me filtra para que aborte mi operación o para que pierda más tiempo de mi vida esperando a que una persona de carne y hueso me atienda tres horas más tarde.

Persona con la que hablás, persona que te dice que tuvo inconvenientes alguna vez en su vida con un centro de atención al cliente. No voy a meter a todos en la misma bolsa porque de vez en cuando puede pasar que te atienda alguien amorosamente y que por unos instantes logre hacerte creer que no todo es tan terrible en ese pequeño mundo.

A veces he tratado de encontrarle la explicación al accionar de este servicio porque no puede ser que todos estos centros, de todas las empresas, funcionen mal. Mis preguntas fueron las siguientes:

  • ¿Tanta gente se está quejando como para que todo el día “todos los representantes se encuentran ocupados en este momento”?  Entonces, si tanto se quejan significa que ¡el servicio es una porquería! ó sino ¡son tres gatos locos los que están trabajando y por eso nunca me atienden! (Igualmente me inclino más por la primera conclusión).

  • ¿Ganarán más plata por tenerte colgado en el teléfono por tres horas? ¿Tendrán un convenio con las telefónicas? No creo…si son (generalmente) 0-800. Si no es por eso, lo único que me sale pensar es que disfrutan de la pérdida de tiempo ajeno.

La vida cotidiana sigue evolucionando pero parece que este servicio es una falencia que tenemos que arrastrar por un tiempo más, que le cuesta progresar, que es molesto, que mal predispone a las personas pero que paralelamente ayuda a resolver problemas que no podemos solucionar por nuestros propios medios y que nos despeja las dudas que nos abundan cuando no entendemos algo.

¿Será que no es tan terrible? Puede ser, tal vez me dejé llevar por la ira de malas experiencias, pero que no todo es tan drástico. Las cosas se pueden revertir, los empleados pueden estar muy ocupados pero atender muy cordialmente cuando sea tu turno, darte esa mano que estás necesitando y cumplir con el objetivo.

En fin, es un servicio que no está en vías de extinción, más bien todo lo contrario, por eso mismo tendremos que aprender a entenderlo, aceptarlo y ayudar con nuestro mejor ánimo a que evolucione para que estemos todos contentos y sobretodo ¡¡¡sin problemas!!!


Guadalupe Kochdilian

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